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Vannes, una ciudad encantadora con más de 2.000 años de historia, es una joya oculta en la región de la Bretaña, en Francia. ¿Planeas viajar desde España a este rincón encantador de Francia? Aquí tienes unos puntos claves a considerar.
No hay mejor manera de descubrir Vannes y sus alrededores que en tu propio coche de alquiler. Un consejo: ten en cuenta que conducir en Francia puede ser un poco diferente a conducir en España, especialmente en lo que respecta a las normas de circulación.
Aunque son similares a las de España, hay algunas diferencias. Por ejemplo, en las rotondas, los vehículos que ya están en la rotonda tienen prioridad sobre los que están entrando. Además, prepárate para la posibilidad de perder puntos en tu permiso de conducir si infringes las normas de tráfico, ya que se aplica un sistema de puntos.
Encontrar un estacionamiento en el centro de la ciudad puede ser un verdadero reto. Afortunadamente, hay varios aparcamientos subterráneos, y el aparcamiento en la calle generalmente es gratis durante la noche y los domingos. Pero no olvides prestar atención a los límites de tiempo.
El centro de Vannes es peatonal, así que aparca tu coche y disfruta de un encantador paseo por las calles empedradas. No te olvides de visitar el casco antiguo con sus plazas empedradas y coloridas casas de madera. También vale la pena visitar el puerto deportivo y disfrutar de la vista de los lujosos yates. Si tienes más tiempo, dirígete a la costa para disfrutar de las idílicas playas de la Bretaña.
En comparación con la soleada España, el clima en la Bretaña es mucho más impredecible. Incluso en verano, es aconsejable llevar un paraguas. Sin embargo, la belleza del paisaje vale la pena.
Al igual que en España, la moneda en Francia es el euro, por lo que no necesitarás cambiar dinero. Las tarjetas de crédito son aceptadas en casi todos los lugares.
